VÍCTOR ZSASZ
Edad: 38 años
Peso: 84 Kg
Altura: 1'83 m
Lugar de origen: Gotham
La primera víctima de Zsasz podría considerarse accidental, las centenares que le siguieron no. Zsasz es, posiblemente, el psicópata más peligroso de Gotham. Siente el impulso de hacerse un corte con cada persona que asesina, a los cuales cree que está salvando.
Víctor Zsasz nació en una familia adinerada. Tuvo una infancia cómoda y llegó a crear una gran empresa internacional con la que llegó a amasar una enorme fortuna, a mayores de la que tenía su familia. Cuando cumplió 25 años, sus padres murieron en un accidente marítimo y Víctor cayó en un profunda depresión. Se refugió en el juego y empezó a apostar por todo el mundo, perdiendo el dinero que tanto le había costado ganar, incluso su empresa. Entonces siguió jugando con la fortuna familiar que le fue dada al ser el único heredero. Las cantidades cada vez eran mayores, hasta que terminó en el Casino de Gotham apostando contra un mafioso local que se hacía llamar "El Pingüino". Víctor lo perdió todo frente a este adversario y quedó en la ruina total. Viendo que no le quedaba nada, ni familia, ni hogar, ni un centavo y completamente vacío, decidió terminar con su vida. Se fue al puente de Gotham dispuesto a arrojarse al vacío cuando un hombre se le acercó. Un vagabundo que, a punta de navaja, le pidió todo el dinero. Víctor (que lo acababa de perder todo) se sintió humillado al pedirle el dinero que acababa de perder, le miró a los ojos, le arrebató el cuchillo y lo apuñaló hasta la muerte con un total de casi 40 puñaladas, terminando por cortándole la garganta. Inmediatamente después de matarlo, Zsasz se clavó el cuchillo en el brazo de forma impulsiva.
En ese momento, salió a la superficie la sociopatía que Víctor tenía latente y perdió el contacto con la realidad. Víctor "vio en los ojos de ese hombre que estaba sufriendo la vida y la liberación que le proporcionó fue una salvación para su alma", su cuerpo sería una especie de templo en el que marcaría a todas las personas que "salvara", puesto que no estaban vivos (a menudo se refiere a ellos como zombies o robots). Él creía que servía a un bien mayor y había sido elegido para "liberar" a esas personas. Los que cumplían las características no tenían nada en común, simplemente el cerebro de Víctor les seleccionaba como futuras víctimas, capaz de seguirles y estudiarles para terminar acabando con sus vidas y, posteriormente, haciéndose él una cicatriz con el cuchillo. De repente, en Gotham, empezó una oleada de asesinatos que no cumplían ningún patrón, ni tiempo entre asesinatos, ni hora, ni raza, ni sexo, ni inclinación política, ni orientación sexual, ni religión, ni edad, ni nacionalidad, ni lugar de resistencia... (aunque al principio eran mujeres jóvenes). Lo único en común era que abandonaba los cuerpos en sitios públicos, con el cuello cortado (aunque esa no fuera la causa de la muerte), asesinados con un cuchillo, sin abusos sexuales, sin robarles y colocados en poses realistas como, leyendo, hablando por teléfono, durmiendo, viendo la televisión, jugando a las cartas etc... Con cada asesinato, Víctor se hacía otra muesca en el cuerpo para llevar la cuenta y, sobretodo, para que su "obra" quedara reflejada. Algunas víctimas eran encontradas en su propia casa sin haber forzado la cerradura.
Víctor entraba en un estado de euforia en el que había sido capaz de matar a luchadores profesionales ignorando el dolor y atacando de forma rápida, frenética y certera, de ese estado no salía hasta haberse llegado a hacer la marca correspondiente en su cuerpo. Al no poder encontrar un patrón para adelantarse a este sujeto, Batman, con la ayuda del comisario Gordon, se puso de cebo, como alguien que no apreciaba su vida. Cuando Zsasz vio a Batman como un hombre que vagaba sin rumbo, vestido de murciélago y dando palizas a gente por la noche, el Caballero Oscuro pasó a ser su objetivo. Pero Batman estaba preparado y cuando Víctor Zsasz atacó, fue derribado y detenido. En ese momento había asesinado a un centenar de personas. Algunas veces, la marca que se hacía era tan profunda que se había llegado a tallar el hueso. Debido a todo esto, Víctor fue declarado como enfermo mental y se libró de la cárcel y de la pena de muerte, lo cual provocó un gran revuelo en la opinión pública. Zsasz fue internado en el psiquiátrico de Arkham de forma permanente y con tratamiento psiquiátrico. La gente podía respirar más tranquila, hasta que, dos meses después salió un titular en primera plana: "Víctor Zsasz se había escapado asesinando a dos funcionarios del psiquiátrico".
Las calles pronto se volvieron a teñir de color carmesí. Víctor siempre dejó claro que nunca abandonaría su misión y solía ir semidesnudo para que la gente del psiquiátrico pudiera "contemplar su obra". Con el paso de los años y múltiples fugas y detenciones, las víctimas de Zsasz han llegado a 500 y aún tiene reservado un hueco para cuando consiga la muesca de Batman. A falta de arma blanca, Víctor se ha llegado a hacer las cicatrices con los dientes o, incluso, las uñas o trozos de cristal. Actualmente tiene una celda de máxima seguridad, con un amplio despliegue de seguridad y vigilancia con registros intensivos. Es, posiblemente, el caso más radical y temido en Gotham. A día de hoy, el apellido Zsasz provoca un escalofrío seguido de un silencio en cualquier persona, ya sea civil, héroe o villano.
En ese momento, salió a la superficie la sociopatía que Víctor tenía latente y perdió el contacto con la realidad. Víctor "vio en los ojos de ese hombre que estaba sufriendo la vida y la liberación que le proporcionó fue una salvación para su alma", su cuerpo sería una especie de templo en el que marcaría a todas las personas que "salvara", puesto que no estaban vivos (a menudo se refiere a ellos como zombies o robots). Él creía que servía a un bien mayor y había sido elegido para "liberar" a esas personas. Los que cumplían las características no tenían nada en común, simplemente el cerebro de Víctor les seleccionaba como futuras víctimas, capaz de seguirles y estudiarles para terminar acabando con sus vidas y, posteriormente, haciéndose él una cicatriz con el cuchillo. De repente, en Gotham, empezó una oleada de asesinatos que no cumplían ningún patrón, ni tiempo entre asesinatos, ni hora, ni raza, ni sexo, ni inclinación política, ni orientación sexual, ni religión, ni edad, ni nacionalidad, ni lugar de resistencia... (aunque al principio eran mujeres jóvenes). Lo único en común era que abandonaba los cuerpos en sitios públicos, con el cuello cortado (aunque esa no fuera la causa de la muerte), asesinados con un cuchillo, sin abusos sexuales, sin robarles y colocados en poses realistas como, leyendo, hablando por teléfono, durmiendo, viendo la televisión, jugando a las cartas etc... Con cada asesinato, Víctor se hacía otra muesca en el cuerpo para llevar la cuenta y, sobretodo, para que su "obra" quedara reflejada. Algunas víctimas eran encontradas en su propia casa sin haber forzado la cerradura.
Víctor entraba en un estado de euforia en el que había sido capaz de matar a luchadores profesionales ignorando el dolor y atacando de forma rápida, frenética y certera, de ese estado no salía hasta haberse llegado a hacer la marca correspondiente en su cuerpo. Al no poder encontrar un patrón para adelantarse a este sujeto, Batman, con la ayuda del comisario Gordon, se puso de cebo, como alguien que no apreciaba su vida. Cuando Zsasz vio a Batman como un hombre que vagaba sin rumbo, vestido de murciélago y dando palizas a gente por la noche, el Caballero Oscuro pasó a ser su objetivo. Pero Batman estaba preparado y cuando Víctor Zsasz atacó, fue derribado y detenido. En ese momento había asesinado a un centenar de personas. Algunas veces, la marca que se hacía era tan profunda que se había llegado a tallar el hueso. Debido a todo esto, Víctor fue declarado como enfermo mental y se libró de la cárcel y de la pena de muerte, lo cual provocó un gran revuelo en la opinión pública. Zsasz fue internado en el psiquiátrico de Arkham de forma permanente y con tratamiento psiquiátrico. La gente podía respirar más tranquila, hasta que, dos meses después salió un titular en primera plana: "Víctor Zsasz se había escapado asesinando a dos funcionarios del psiquiátrico".
Las calles pronto se volvieron a teñir de color carmesí. Víctor siempre dejó claro que nunca abandonaría su misión y solía ir semidesnudo para que la gente del psiquiátrico pudiera "contemplar su obra". Con el paso de los años y múltiples fugas y detenciones, las víctimas de Zsasz han llegado a 500 y aún tiene reservado un hueco para cuando consiga la muesca de Batman. A falta de arma blanca, Víctor se ha llegado a hacer las cicatrices con los dientes o, incluso, las uñas o trozos de cristal. Actualmente tiene una celda de máxima seguridad, con un amplio despliegue de seguridad y vigilancia con registros intensivos. Es, posiblemente, el caso más radical y temido en Gotham. A día de hoy, el apellido Zsasz provoca un escalofrío seguido de un silencio en cualquier persona, ya sea civil, héroe o villano.
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